domingo, 27 de junio de 2010

¿Quién es el culpable?




Es increíble cómo puede influir un partido de fútbol en el sentimiento y la moral de toda una nación: la grandeza de las personas, de las instituciones y de los países, se muestra tanto en las buenas como en las malas; en la forma de responder ante las victorias y las derrotas, de confrontar los errores y los aciertos.

En México, somos muy dados a siempre buscar culpables ante las derrotas, a linchar a una persona sin analizar el contexto de una situación, a ser influenciados por las palabras de una persona que o bien es un ignorante, o busca un beneficio completamente personal a raíz de alguna situación; y esto no se aplica sólo al deporte; es así en la política, en el arte, en la economía y en general en todas las actividades que definen el destino de un pueblo.

Como mexicanos nos encanta juzgar duramente a los actores de nuestro entorno nacional, pero... analicemos ésto con detenimiento: ¿De dónde salen los políticos? ... ¿De dónde salen los futblistas? ... ¿Y los economistas, actores, reporteros, etc...?: ¡Todos salen del pueblo!, no son robots, ni extraterrestres ni mexicanos "made in china"; son seres humanos como tú y como yo, que han nacido y fueron educados entre nosotros; la mentalidad, los principios, los valores, la educación y el desarrollo que tienen, es idéntico al que tenemos los demás mexicanos, por lo tanto, la forma de responder ante la adversidad (el hecho de desconcentrarse por un error arbitral y permitir un segundo gol, hablando del caso del último partido de la selección) esa, es la reacción que nos han infundido, que nosotros hemos creído y tenemos grabada hasta la última célula de nuestros organismos; y no por que sea cierto que no podemos, sino por que así lo creemos: pensamos que con once jugadores que crean que pueden van a poder y les dejamos toda la responsabilidad a ellos, les dejamos caer un peso insostenible para cualquier ser humano y que, en cuanto cometen un error les hacemos pagar caras las consecuencias; los medios de comunicación, apoyados por el pueblo, destrozan carreras que llevaban buen rumbo por una falta cometida o a veces hasta sin haber cometido error alguno.

Ese carácter voluble de nuestro pueblo es, sin duda alguna, lo que no nos ha permitido crecer como nación; estamos siempre a la espera de que "HAGAN ALGO" ... ¿Y quién lo va a hacer si no nosotros?, nosotros somos el pueblo, nosotros somos la selección, la policía, el gobierno y por lo tanto, somos nosotros los únicos culpables de que este país se sienta inferior, de que haya un gran margen de pobreza cuando somos uno de los países más ricos del mundo, de que deportivamente no destaquemos, cuando tenemos más de cien millones de mexicanos y por pura estadística, debemos tener gente con talento, que no es apoyada, que al cometer un error se le crucifica y se trunca una brillante carrera al grito de: ¡El que sigue por que este no pudo!

Basta ya de echarle la culpa a Aguirre, al presidente, al gobernador, a los partidos políticos, pues todos ellos, son egresados de la escuela:Estados Unidos Mexicanos, institución en que todos estamos registrados, de la que todos somos alumnos y maestros; pero en la cual siempre esperamos a que sean "los demás" los que hagan las cosas, a que se ponga a trabajar "la gente" ... ¿Y quién es la gente?... ¡TODOS SOMOS LA GENTE!, así pues, es hora de decir ya basta; el culpable de que México esté como está lo encontrarás frente al espejo, es a esa persona a la que le debes decir: ¡Hasta aquí!, ¡Tú puedes! ... ¡Hazlo, pero hazlo ya!! y aprender con humildad a decirle también:
Te perdono, todos nos equivocamos.