jueves, 25 de marzo de 2010

Un ser humano

Queridos lectores:
Este poema en prosa que presento a continuación, fue escrito hace algunos años a petición de un amigo; uno de los tipos más nobles y entregados a su pareja que he tenido el privilegio de conocer. Es tan bueno que durante más de diez años soportó el carácter bipolar de su mujer, hasta que llegó el momento en que ella lo hirió tan cruelmente que decidió finalmente dejarla a pesar de todo su dolor; y es tan bueno que era incapaz de decirle lo que sentía por temor a lastimarla, así que yo, como buen amigo (y un poco mordaz he de aceptarlo) decidí aceptar su petición de ayuda y escribí el siguiente poema esperando que ella por un momento recapacitara sobre su actitud.
El propósito de publicar ésto ahora, es más que nada para que nos tomemos un momento para reflexionar sobre las actitudes que en ocasiones tenemos con nuestras parejas y de que todos los problemas nacen de la falta de comunicación, de los malos entendidos y de nuestra incapacidad para escuchar lo que otros tiene que decir e intentar conocer sus motivaciones.
Me complace ahora decir que el enviarle esta carta funcionó, ella recapacitó y volvieron a estar juntos, y más que eso, aceptó acudir a terapia de pareja y ahora su matrimonio se encuantra de nuevo estable, a ella se le ve más feliz y él como siempre, sigue siendo el mismo bonachón bromista; tras pedir su autorización, publico ahora esta carta que si bien fue escrita por un servidor, refleja todo el sentimiento de este gran amigo.
J.R. Felicidades por quince años de exitoso matrimonio.
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Quiero decirte que me encuentro triste, pues anoche me juzgaste cruelmente,
tus palabras hirieron lo más profundo de mi ser;
me gusta reír y ver cómo se ilumina tu rostro tras una sonora carcajada,
soy bromista y lo sabes, y sé que en ocasiones mis comentarios no te gustan,
más ahora te pregunto: ¿Crees acaso que cuando cometo un error es por ofenderte?
¿Acaso no sabes que te amo y que nada que yo haga será con la intención de lastimarte?
Es bien cierto que en ocasiones puedo no medir algún comentario o actitud,
más cuando veo que te molesta, lo registro y jamás lo vuelvo a repetir,
si lo repito es por que no sé que te molesta, ¿Cómo puedo adivinarlo si tú no me lo dices?
¡Qué duras tus palabras!
hablaste con el rencor de alguien que ha sido herida por un cruel tirano durante años,
buscaste los puntos más sensibles de mi ser y sin piedad los atacaste,
de nada sirvió pedir disculpas, que no aceptaste y continuaste arremetiendo contra mi,
tus gritos opacaron mis disculpas, difuminándolas, perdiéndose en la nada;
sé que quieres que yo sea perfecto, que adivine tus estados anímicos,
que hable cuando quieres que hable y que calle cuando quieres silencio;
pero tengo que decirte: ¡Soy tan sólo un ser humano!, no soy, ni jamás seré perfecto
y no pr que no lo intente, sino por que carezco de poderes telepáticos,
yo también tengo mis momentos de tristeza o enojo,
yo también tengo un cuerpo que siente, que se cansa y se deteriora con el tiempo,
yo también tengo sentimientos, y pueden ser heridos como lo has hecho tú
y si hoy te dejo es por que he comprendido que mis errores valen diez veces más que los tuyos
y mis aciertos en tu escala de valores cuentan sólo una décima parte.
No te dejo por que no te ame, y Dios sabe que me duele y me segurá doliendo
durante mucho tiempo, ahora me voy por que yo... soy tan sólo un ser humano
y más de una vez me has demostrado, que eso no es suficiente para ti.
Has llegado tan profundamente en mi ser que jamás podré olvidarte,
jamás dejaré de quererte, y me voy para que puedas ser feliz,
para que puedas encontrar a ese ser perfecto que tanto anhelas,
y ya que ayer no aceptaste mis disculpas, quiero aprovechar para nuevamente decir:
¡Perdóname por ser humano!

jueves, 11 de marzo de 2010

Una breve reflexión sobre la libertad.


La esclavitud más denigrante es la de ser esclavo de uno mismo
Libertad, anhelo milenario de todos los seres pensantes, espejismo efímero que desaparece al volver la vista a la realidad, derecho divino coartado por el hombre, capacidad de actuar, de pensar, de hablar y expresar nuestras ideas.

¿Realmente existe la libertad?, ¿En qué momento dejamos de ser libres para convertirnos en libertinos?

Existen personas que se consideran libres, sin darse cuenta de que son esclavos de sus actitudes, de sus ideas, de sus vicios, de sus trabajos, de sus bienes materiales pequeños o grandes. Atesorar aunque sea un pedazo de hojalata de tal forma que se convierta en un objeto cuya ausencia sea inconcebible para nosotros estará esclavizándonos, cualquier idea que nos neguemos a soltar por miedo, toda dependencia en nuestra vida, estarán esclavizándonos.

Los seres humanos somos proclives a auto esclavizarnos, tal pareciera que no disfrutamos la capacidad de ser libres y buscamos con afán ataduras que según nuestros auto complacientes intentos de racionalización proveen una falsa idea de seguridad a nuestra psique, algo tan simple como un pensamiento o un sueño se pueden convertir en perversos amos de nuestro ser.

Absolutamente todos los seres humanos tenemos ataduras; cuando estas son físicas siempre nos quedará la libertad de pensamiento, pero cuando las ataduras son mentales, entonces nos convertimos en verdaderos prisioneros. Un hombre encarcelado no podrá salir de un área determinada, pero si mantiene su libertad de imaginar, de soñar, de amar, no podrá ser considerado prisionero; por el contrario un hombre puede vivir en la libertad de un inmenso bosque, plagado de recursos para cumplir sus necesidades básicas y sin embargo, sentirse esclavo por que sus pensamientos no le permiten gozar de dicha libertad.

El libertinaje por su parte, se acerca más a la esclavitud que a la verdadera libertad, el libertino es esclavo de sus impulsos, ni siquiera de sus instintos, pues hasta los animales más salvajes saben que todo tiene un límite; el ser libertino piensa que la libertad no tiene límites, pero es es precisamente su limitada capacidad de concientizar la que los domina, convirtiéndose en esclavos de su inconciencia, la incapacidad de discernir se convierte en su amo orillándolos a cometer atrocidades, sus conductas anti sociales los limitan para pertenecer a algún grupo perdiendo así la libertad de ser o estar, el ser libertino es mucho menos libre de lo que piensa .

La libertad verdadera sí existe, no es un mito, no es solamente una palabra de diccionario; lo que como seres libres tenemos que comprender es que la libertad termina en cuanto atentamos en contra de la de los demás, pues en ese momento se convierte en libertinaje; la libertad verdadera se acerca más a la palabra responsabilidad que a la palabra derecho; quizás la palabra que mejor define la verdadera libertad es: Amar.

"Ama y haz lo que quieras", proclamaba San Agustín de Hipona, pues ningúna acción que provenga del amor puede dañar a nuestros semejantes ni coartar sus derechos ni su libertad. La mayoría de las religiones se basan en esta premisa; Jesucristo dijo: "Ama a tus enemigos", al decir esto, nos está concediendo una libertad inmensa, pues si soy capaz de perdonar y amar aún a quien nos ha hecho daño, sentiremos una gran liberación en nuestro ser. El amor es el sustento de la humanidad, no el enamoramiento, sentimiento burdo más controlado por la bioquímica que por el pensamiento, el amor implica respetar todo y a todos , desde una roca hasta otro ser humano, es decir: A todo lo que ha sido sembrado en este mundo.

El budismo nos enseña dentro de sus nobles verdades que el dolor existe, más el sufrimiento es completamente opcional, otorgándonos así una libertad infinita; yo podré golpearme y sentir dolor, más si me quedo pensando en el dolor que siento, en la ira que me produjo haberme golpeado, en el coraje que siento contra el objeto que me produjo la herida, el dolor se convertirá en sufrimiento... soy completamente libre de comenzar a sufrir, así como soy completamente libre de detener ese sufrimiento.

Existen miles de definiciones de libertad, desde la simple y limitada definición de diccionario, hasta tratados filosóficos más completos acerca del tema; en lo personal ninguna de ellas me satisface al cien por ciento, algunas mencionan conceptos que no comulgan con mis ideas de libertad, otras o se extienden demasiado cayendo en contradicciones o son demasiado limitadas, es difícil conceptualizar la libertad, sin embargo si tuviera que hacerlo en pocas palabras mi definición sería:

Libertad: Capacidad de los seres humanos de actuar con amor y responsabilidad.






Desde este espacio invito a los lectores a ser libres, a ejercer esta capacidad inalienable, siempre tomando en cuenta que lejos de ser un derecho es un privilegio del ser humano; los invito a desatar los nudos que nos impiden llegar a este estado que es más espiritual que físico, a desentrañar los misterios de la libertad que finalmente nos conducen al estado mental más anhelado y apreciado por todos: La felicidad.