jueves, 27 de agosto de 2009

Henos aquí de Vuelta

Después de un par de semanas alejados del ciber espacio, estamos otra vez de vuelta:
Quiero pedir una disculpa por dejar pasar tanto tiepo entre un capítulo y otro de "Los Exploradores" y avisarles que en breve estará listo el nuevo capítulo.
Gracias por seguirnos.

jueves, 20 de agosto de 2009

La palabra contra la imagen

En esta ocasión quiero presentar a ustedes un escrito muy interesante de mi amigo Alfredo García, (Autor de claroscuros de la mente: www.claroscurosdelamente.blogspot.com ) seguro que será de su agrado.

La palabra contra la imagen

Por Alfredo García Álvarez, autor de “Claroscuros de la Mente”, escrito especialmente para “La Belleza de la Palabra”

Antes que nada, quiero agradecer a mi buen amigo Arturo Parra Lemus, por prestarme la pluma y dejarme escribir un post para La Belleza de la Palabra. Muchas gracias y espero que lo disfruten.

Se dice que más del ochenta por ciento de los seres humanos son predominantemente visuales. Esto quiere decir que el sentido más desarrollado y con el que se obtiene un mejor impacto en la captación de la atención y retención de ideas, es por medio de la vista.

Así, es comprensible porqué una imagen puede impactar de forma eficaz, simple y compacta a un público determinado. Una imagen no requiere de traducción, es un conjunto de colores, luminosidad y figuras, que permiten trasmitir una idea o concepto de una forma más o menos sencilla. Imaginemos, a manera de ejemplo, el cuadro de la Gioconda, de Leonardo Da Vinci, la gente la captará de la una manera similar en términos similares y no se requiere de ninguna otra cosa más que de nuestra visión para captarla.

Por otro lado, tenemos la palabra, la cual puede ser expresada de manera oral o escrita y, por lo mismo, captada por medio de dos sentidos: la vista y el oído. Un orador elocuente, apoyado con un buen aparejo visual puede causar un excelente impacto a su audiencia, ya que la puede “atrapar” por medio de dos de sus sentidos. Pensemos en el Quijote de la Mancha, de Cervantes, donde se encuentra una de las obras más ricas del idioma español. Puede leerse y escucharse y obtener un cúmulo de información e ideas en relación al relato plasmado en ese libro. Incluso, aunque se pueda realizar una serie de imágenes o ilustraciones de lo que narre el libro, la experiencia no será la misma que si se lee o escucha el mismo.

Podría decirse, hasta aquí, que la imagen tiene una manera más sintética y práctica de asimilarse, mientras que la palabra se absorbe de una forma compleja, inclusive de dos maneras diferentes.

Empero, la trasmisión de ideas por imágenes o palabras es lejos de ser perfecta y ambas vías presentan inconvenientes. Por un lado, la imagen puede ser, como todo, interpretable y se puede prestar a variaciones de entendimiento de una idea con la misma ilustración. Sigamos con el ejemplo de la Gioconda: el cuadro puede ser interpretado de manera diferente en atención a la cultura, edad, intereses y formación de la persona que lo contempla. No será así lo mismo para un niño que para un anciano, o para una persona que conozca de arte a una que tenga educación básica.

La palabra, por su parte tiene “la maldición de Babel”, ya que requerimos, de entrada conocer su “código” para poder asimilarla. Si no conocemos el idioma en el que la palabra se encuentra expresada, la misma no pasará de signos y sonidos que no representan nada para la persona que los lee o escucha. Asimismo, la causa que motive a una persona a involucrarse en un libro o una conferencia puede afectar su apreciación. Pensemos una vez más en el Quijote. No será lo mismo para el estudiante de nivel secundario que tiene que leerlo a toda prisa y preparar un reporte para aprobar una asignatura, que para una persona que tiene todo el tiempo del mundo para leerlo y entretenerse con el libro.

En cuanto a la expresión oral de la palabra, pasa lo mismo. Volvamos con nuestro orador elocuente, el cual podrá apasionar a la gente que encuentre interesante el tema que exponga, mientras que aburrirá al que no tenga interés en escucharle, sin importar a veces, la habilidad del mismo.

Aún mezclando imagen, sonido y expresión escrita, se puede correr el riesgo de tener un sin fin de interpretaciones o actitudes frente a la misma idea, así que adoptar una postura ecléctica en el tema no asegura una postura cómoda en el debate de la imagen contra la palabra.

Como siempre, queda a criterio de usted, amable lector, decidir si una imagen dice más que mil palabras o si el Quijote puede ser encerrado en un cuadro.

Alfredo García Álvarez, 20 de agosto de 2009.

martes, 11 de agosto de 2009

Los Exploradores: Capítulo II

Tarriz despertó sobresaltado, le tomó un par de minutos cobrar conciencia sobre lo que había sucedido – Estoy vivo – pensó, sonrió al darse cuenta de que había sido rescatado y ahora se encontraba en la pequeña clínica del Téloc, miró hacia ambos lados buscando a Lamtar, pero no la divisó en ninguna de las camas, no sabía si ella había corrido con la misma fortuna o si ahora se encontraba muerta. Escuchó la puerta al abrirse; era Lamtar, aunque un poco pálida, se veía bastante bien, le sonrió al cuth y fue correspondida de la misma forma, se quedaron mirando fijamente, era una de esas miradas que dicen muchas cosas sin necesidad de pronunciar palabra alguna. Este tipo de experiencias crean vínculos muy especiales entre las personas, el haber estado tan cercanos a la muerte y haber sobrevivido era algo que los había marcado y los uniría de por vida.

Detrás de Lamtar entró el médico – Vaya cuth Tarriz, por fin ha despertado, ya comenzaba a pensar que no quería despertar – bromeó; - ¿Cuánto tiempo he estado dormido? – preguntó Tarriz – estuvo en la cápsula un par de días – contestó el médico mientras tomaba colocaba el manómetro alrededor del brazo de Tarriz – su compañera también despertó hace poco al parecer; cuando entré se encontraba muy calladita y observándolo fijamente – al pronunciar este último comentario sonrió pícaramente; Lamtar reaccionó desviando la mirada mientras su rostro se ponía rojo como un tomate; también Tarriz se sonrojó, aunque su piel morena evitó que fuera tan evidente como el arrebolado rostro de la hermosa mujer; ella siempre le había parecido muy atractiva, pero nunca se había atrevido a decirle nada, pues a pesar de ser un hombre muy bien parecido, era sumamente tímido en cuestión de mujeres.

El médico procedió a revisarlo completamente, realizando todas esas preguntas tediosas que suelen hacer los médicos cuando vamos a visitarlos; una vez terminado el chequeo revisó a Lamtar y cambió la curación de su pierna; el proyectil que la había golpeado había atravesado la pierna de lado a lado, pero era tan pequeño que no alcanzó a hacer gran daño, apenas quedaría una casi imperceptible cicatriz. – Pues bien – dijo al fin – Los encuentro estupendamente, ya pueden reincorporarse ambos a sus labores; la gal Yamka no ha querido partir hasta que no se recuperara usted del todo cuth Tarriz -.

Tras darse una ducha, Tarriz y Lamtar salieron de la clínica y se dirigieron hacia el comedor, el médico les había ordenado que comieran bien, lo cual a ninguno de los dos les pareció una mala idea, pues se encontraban hambrientos tras el largo ayuno. Comieron hasta quedar ahítos casi sin pronunciar palabra alguna; la gal Yamka, que ya había sido avisada sobre la recuperación de los astronautas les mandó llamar y ambos obedecieron dirigiéndose a la sala de control donde les esperaba toda la tripulación; al entrar recibieron un fuerte aplauso por parte de todos, abrazos, felicitaciones, los bombardearon con preguntas sobre lo que había sucedido. Una y otra vez tuvieron que relatar la historia, mientras los demás reían y aplaudían la gran hazaña; fue hasta que los dejaron de bombardear con preguntas que notaron que faltaba alguien: - no estaba Quetiz en la sala - ; Lamtar fue la primera en preguntar por él: - Está bajo arresto – le contestó el cocinero de nombre Damún – pero ahora que han despertado ustedes seguramente lo dejarán en libertad – agregó uno de los mecánicos de nombre Johbé – eso no está claro todavía – repuso el primero – todo depende de los resultados del interrogatorio -.

Los recién recuperados astronautas se quedaron perplejos, hasta ese momento ignoraban que Quetiz había cometido un par de errores que casi les había costado la vida; el más sorprendido era Tarriz, pues se sentía profundamente agradecido de que a Quetiz se le hubiese ocurrido equipar los trajes con el expulsor de emergencia, sin el cual, jamás habrían podido evitar el golpe de royin, al principio pensó que el nul habría cometido una falta grave durante el tiempo que se encontraba inconsciente, pero al escuchar mencionar al interrogatorio, dedujo que había cometido algún error durante la expedición, pero ignoraba cuál. Sin querer esperar hasta el interrogatorio, abandonó la pequeña tertulia y bajó hasta el área de detención.

Quetiz se encontraba sentado sobre la dura cama de la celda de detención mirando hacia el techo con aire taciturno; Al mirar que entraba Tarriz, sintió una inmensa alegría, su primer impulso fue ponerse de pié y abalanzarse para darle un buen abrazo a su amigo, pero se contuvo pensando en que probablemente éste se encontrara molesto con él; fue Tarriz quién extendió los brazos -¿Qué, acaso no te alegra verme malandrín? – ; Quetiz correspondió a este gesto, abrazó a su amigo rompiendo a llorar - ¡Fue mi culpa! – exclamó - ¡Todo fue mi culpa!, olvidé activar los rastreadores y debí esperarlos, hubiesen llegado a tiempo y nada de esto hubiese pasado – ; sollozaba tratando de contener su llanto, ese momento entró Lamtar a la celda y nuevamente rompió a llorar – ¡Gracias a Theosi!, ¡Tú también estás viva! – Lamtar se sorprendió ante el impulsivo abrazo de Quetiz, pero no puso resistencia, miraba de soslayo a Tarriz mientras permitía que su compañero de desahogara.

Al fin Quetiz pudo contener su llanto – disculpen – le dijo a ambos – pero no podía soportar la idea de haber provocado dos muertes por mi ineptitud y ahora que los veo vivos... No tienen idea de la tranquilidad que ahora siento – se dejó caer pesadamente sobre la cama, la expresión de su rostro reflejaba el relajamiento típico de quien después de un par de días y noches de angustia, de pronto recibe una buena noticia que le quita ese gran peso moral que cargaba sobre su conciencia. Lamtar apretujó su mano y la besó – Gracias – le dijo; Quetiz levantó la mirada posándola primero sobre Lamtar y después sobre Tarriz quién también le dio las gracias y antes de que pudiera replicar algo, el cuth le dijo – Tu único error fue el no haber encendido los rastreadores, que siendo honestos, de nada hubiera servido para que nos rescataran antes, sin embargo, tu brillante idea de haber equipado los trajes con el expulsor nos ha salvado la vida – Quetiz intentó replicar diciendo: - Pero si los hubiese esperado un poco más no hubiesen tenido que haber salido expulsados - … - Eso es… impreciso - comentó Lamtar – El procedimiento indica “un minuto”, y fue exactamente lo que hiciste, salir un minuto antes del golpe de royin, además… no hubiésemos llegado a tiempo, ya habíamos comenzado a engancharnos antes de que nos anunciaras que faltaba un minuto y como comenta el cuth Tarriz, los rastreadores no hubiesen servido de nada; nos dimos cuenta por que al salir disparados todos los sistemas dejaron de funcionar por unos segundos, lo mismo hubiese sucedido con los transmisores de rastreo, de cualquier forma se hubiese perdido la señal – Lo que había dicho Lamtar tenía mucho sentido, Quetiz sintió de pronto como si le quitaran una pesada losa de encima miró a Tarriz quien asentía en señal de acuerdo con lo que acababa de decir la bella astronauta; el agobiado nul sonrió débilmente, quería creer lo que le decían, pero aún así, sabia que la gal Yamka lo sometería a juicio y ella no solía ser tan condescendiente ni indulgente como Tarriz, que al fin de cuentas era su amigo de la infancia; - Y ahora, - comentó Tarriz – esto que te voy a decir no es una sugerencia de amigo, es una orden como tu cuth al mando, vete a tu cuarto, daré la orden para que te lleven una abundante comida, disfrútala, descansa, y olvida lo que ha pasado; yo arreglaré este mal entendido con la gal Yamka – Quetiz asintió y se dirigió hacia la puerta de la celda dispuesto a obedecer las órdenes de su amigo – Una cosa más – agregó Lamtar – dúchate por favor – los tres astronautas soltaron una gran carcajada y salieron de la celda de detención.




Cuando Tarriz volvió a la sala de control, el breve festejo ya había terminado, - cuth Tarriz – dijo la gal Yamka con sorpresa – pensé que se había retirado a descansar -, - No fue así – respondió él – fui a ver al nul Quetiz – ; Yamka lo miró fijamente con el rostro endurecido – Eso está fuera de procedimiento cuth – dijo molesta – Los prisioneros deben permanecer aislados hasta el momento de la entrevista -, no era la primera vez que Yamka y Tarriz tenían alguna diferencia sobre el proceder de la tripulación en la nave, pues si bien Yamka era una excelente gal y una persona justa, en ocasiones era demasiado rígida e inflexible en cuanto al reglamento y los procedimientos, Tarriz por otra parte, argumentaba constantemente que las condiciones de ese viaje eran especiales, que se encontraban demasiado lejos de su galaxia como ara pensar en dejar las cosas en manos de una justicia que no tenía ni idea de lo que era realizar una expedición durante tantos años sin más contacto que con las personas de la nave y que por lo tanto el reglamento debería ser más flexible en ocasiones. – Estoy consciente de lo que me dice gal Yamka, sin embargo, el nul Quetiz nunca debió haber sido detenido – Tarriz le explicó brevemente todos los acontecimientos de la expedición, recalcando la maravillosa idea de Quetiz de equipar los trajes con un expulsor e indicando que si bien había olvidado encender los rastreadores, éstos no hubiesen servido de nada, y que había hecho bien en no esperarlos, pues de cualquier forma no hubiesen llegado, exponiéndose él y exponiendo el preciado cargamento de díux. Al final, Yamka le concedió la razón a Tarriz, pues si bien era exigente, como debe serlo todo gal, era sumamente inteligente y sensata; no por nada el emperador la había puesto al mando de aquella expedición.

Quizás, y antes de avanzar más con la historia, este sea un buen momento para explicarte un poco acerca de cómo funciona la cadena de mando dentro de una nave; podría decirse que es similar a la de un barco, sin embargo, dentro de una nave intergaláctica existe un cierto grado de democracia, verás:

Las compañías dueñas de las naves deciden quién será el “Gal”, que vendría siendo el equivalente del capitán de un barco, es el puesto de mayor jerarquía dentro de la nave, sin embargo, antes de emprender cualquier viaje, se somete al voto de la tripulación, es decir, la tripulación debe de estar de acuerdo en que la persona designada sea la que al final de cuenta los comande, de no obtener más del setenta por ciento de aceptación, será reemplazado por otro Gal; además si bien es la persona de mayor autoridad dentro de la nave, su palabra no es ley, está sometido a leyes y reglamentos preestablecidos por la compañía que le contrata, además de que hay decisiones dentro de la nave que son sometidas a votación. El voto del Gal vale cinco para las decisiones democráticas.

En esta nave, como ya lo habrás leído la gal era: Gal Evana Yamka

El segundo al mando es el “Cuth” , este también se somete a la votación de los tripulantes, y al igual que el Gal, requiere del 70% de aprobación, además de la aprobación del Gal; en caso de fallecer o ser depuesto por la tripulación el Gal, será el Cuth quién le reemplace de forma automática; normalmente el Cuth también es por decirlo de alguna forma el: “Jefe de expediciones” y decide que rol jugará cada integrante en la ejecución de la misma, en ocasiones participando directamente en la expedición fuera de la nave. (Como lo había hecho el Cuth Tarriz en la expedición del Díux). En Naves grandes se cuenta con dos y hasta tres Cuth; en el caso del Téloc, había partido con dos Cuth pero uno de ellos había fallecido un año atrás en una expedición a un planeta. El voto del cuth vale cuatro.

El Cuth de la nave era: Cuth Firo Tarriz

En el siguiente escalón, se encuentran los “Nul”, que son los encargados de la ingeniería, dentro de este rango entran el Mecánico en jefe, el analista en jefe (que normalmente es el asistente del Gal) El jefe de pilotos, el jefe de producción (encargado de la producción y preparación de alimentos) y el jefe de investigación de la nave. (Encargado de estudiar las muestras minerales y biológicas recogidas durante las expediciones), el valor de su voto es de dos. para el caso de esta nave los nul eran los siguientes;

Nul Josmir Quetiz .- Jefe de Mecánica y Robótica
Nul Belih Lamtar.- Jefa de Pilotos
Nul Ramino Pépein .- Jefe de Producción
Nul Lufrina Atrion .- Jefa de Analistas
Nul Diona Kristyg .- Jefa de Investigación y área médica

El siguiente escalón es el de los Kom, ellos son la mano derecha de los Nul, existe un nul por cada seis personas en el área, siendo ellos los líderes de esos pequeños grupos. El valor de su voto es de uno. Los seis Kom de la nave son:

Kom Diogi Preden .- Piloto
Kom Luiji Johbé.- Mecánico
Kom Numiz Damún.- Producción
Kom Duana Mani .- Analista
Kom Toouen Rafi .- Médico

Finalmente estaban los Kiji; Hombres y mujeres signados a las diversas áreas y cuyo voto también valía uno. Debido a que habían perdido más de la mitad de la tripulación varios Kivi habían sido ascendidos y ahora sólo quedaban nueve:

Kiji Marinta Pelezi .- mujer, mecánico
Kiji Josmir Galiun .- hombre, piloto
Kiji Limana Repez .- mujer, piloto
Kiji Suspani Baxtin .- mujer, piloto
Kiji Dirna Santez .- mujer, piloto
Kiji Maluen Ferdezi .- hombre, piloto
Kiji Topania Jimez .- mujer, producción
Kiji Gardi Numez .- hombre, analista
Kiji Artenyo Smidi .- hombre, analista

Estos eran los valientes sobrevivientes de la expedición, habrá que recalcar dos cosas: La primera es que, al ser una organización militar, todos ellos estaban entrenados para el manejo de armamento y la lucha cuerpo a cuerpo y por otra parte, es importante señalar que a esta expedición únicamente habían sido convocados oficiales de alto rango, lo cual quiere decir que hay varios escalones hacia abajo hasta llegar a lo que vendría siendo el “Muni” que es el primer peldaño de veinticinco que hay que escalar para llegar a ser Gal.

En la nave había también cerca de mil doscientos robots de distinto tipo, desde los encargados del aseo, hasta robots enormes que se utilizaban para construir estructuras espaciales. Esta es, a grosso modo la estructura jerárquica que gobernaba el Téloc, una inmensa embarcación de setecientos setenta y tres metros de largo, trescientos noventa metros de ancho y ciento veinticuatro metros de alto; era tan grande que se requería de vehículos, ascensores y bandas transportadoras para moverse dentro de la misma y en ocasiones pasaban semanas sin que se vieran las caras algunos de los tripulantes.

En los hangares, había todo tipo de vehículos: pequeños vehículos tipo “motocicleta” (pero sin ruedas, ya que volaban) para exploración planetaria, hasta una nave grande del tamaño de un barco que, en caso de tener que abandonar la nave nodriza; podría albergar hasta cien pasajeros con todo lo necesario para un viaje de seis meses.

Al día siguiente de que Tarriz y Lamtar fuesen dados de alta de la clínica y ya cargados con suficiente díux para seis meses, Evana Yamka decidió continuar el viaje, según lo tenían planeado, hacia uno de los extremos de la galaxia, donde habían descubierto tres sistemas planetarios con posibilidades de albergar vida; una vez establecido el rumbo, la tripulación no tenía mucho que hacer, todo quedaba en manos de los ordenadores, esos momentos eran bien recibidos por la tripulación, ya que podían dedicarse a la relajación; solían estudiar, ir al centro deportivo a nadar o practicar el deporte de su preferencia, visitar el centro recreativo donde había una feria virtual que haría ver a cualquier parque de atracciones que conozcas como una pequeña feria de pueblo, había una taberna, un teatro donde gozaban de espectáculos holográficos tan avanzados que parecía que los actores realmente se encontraban ahí, también había un par de salas de cine, un zoológico donde albergaban animales capturados en los planetas que ya habían explorado, un enorme jardín botánico, un museo virtual que mensualmente presentaba diferentes exhibiciones, en fin, era como una gran ciudad contenida dentro de una nave, de hecho la nave estaba diseñada para poder albergar mil personas y era auto sustentable, allí dentro se producía todo lo necesario para la alimentación: se criaban animales de granja, se cultivaban granos, frutas, cereales, legumbres, se producía todo lo necesario para confeccionar vestimenta, se procesaban materiales para fabricar todo tipo de artefactos; sin la ayuda de los robots, serían necesarias más de quinientas personas para hacer funcionar el Téloc, sin embargo, gracias a ellos y a las computadoras tan avanzadas, la nave era capaz de funcionar con tan sólo doce tripulantes humanos.

Como podrás ver, la tripulación tenía muchas cosas para entretenerse, el problema real era que en una sociedad tan pequeña viajando durante tanto tiempo resultaba tedioso ver las mismas caras día tras día sin posibilidades de conocer a alguien nuevo, y esto resultaba muchas veces frustrante, aunque desde el centro de comunicaciones podrían comunicarse con sus seres queridos, no era suficiente y después de más de cuatro años viajando, la tripulación ya se encontraba agotada mentalmente; Yamka lo había notado y sabía que era cuestión de tiempo para que alguno de ellos comenzara a enloquecer, cada vez eran más frecuentes las disputas o los momentos de depresión de alguno de los tripulantes, que si bien, eran personas con una gran estabilidad mental, también eran humanos y ningún humano podría resistir mucho tiempo más en esas condiciones. Después de discutirlo con Tarriz, habían decidido buscar un “punto de anclaje”.

Los puntos de anclaje son partes del universo que permiten la construcción de “salidas de túnel”; una salida de túnel permite viajar de forma casi instantánea entre dos puntos del universo que se conectan entre ellos mediante dos salidas de túnel “gemelas”; habían construido un total de siete de estas salidas a lo largo de su viaje, de tal forma que, el trayecto que les había costado más de cuatro años andar, mediante el uso de los túneles les tomaría únicamente de ocho a diez semanas a las siguientes naves y les sería muy útil para su regreso a casa.

Para que funcionen estas conexiones es necesario que se construyan por pares, no se pueden conectar en serie, una salida te lleva hasta su gemela, al salir de ella, se debe viajar de forma convencional hasta la siguiente salida que te transportará hacia su gemela; debido a que las características de la zona en que se construyen son muy especiales, no es posible construir dos salidas muy cercanas, deben quedar al menos con diez mil años luz de separación y con un máximo de quinientos mil años luz de separación entre gemelas.

La última la habían construido hacia casi seis meses a más de trescientos ochenta mil años luz de donde se encontraban en ese momento; pero Yamka había detectado la zona idónea para construir la gemela a tan sólo tres años luz del primer sistema planetario que planeaban visitar en aquel sector de la galaxia; en estos momentos, se encontraban viajando hacia esa zona, la tripulación iba a recibir la noticia con agrado, cada que quedaba un par de gemelas terminada todos se sentían “un poco más cerca de casa”, además Tarriz le había sugerido que ya que iban a construir la gemela, sería prudente pedir al emperador, que les enviara refuerzos; mediante los túneles en menos de tres meses ya podrían contar otra vez con una tripulación completa; a la Gal le pareció una excelente idea, por lo que mandó un mensaje al emperador quien accedió a su petición, así que para esos momentos, ya se encontraba una nave con refuerzos en camino, tendrían dos meses para terminar la gemela de la última entrada antes de que los refuerzos llegaran hasta ese punto. Yamka y Tarriz acordaron no mencionar nada a la tripulación para darles una gran sorpresa.

jueves, 6 de agosto de 2009

¿Cuántas palabras tiene nuestro idioma?

Decidido a encontrar la respuesta comencé una investigación para intentar resolver esta incógnita; mi primer impulso fue tomar el diccionario de la real academia de la lengua española, la edición que encontré entre mis libros data de 1992 donde menciona que en ese diccionario podríamos encontrar un total de ochenta y tres mil quinientos vocablos (83, 500), habiendo sido añadidos para esa fecha doce mil más con respecto a la edición anterior.

Si consideramos que a este diccionario se puedan adicionar unas mil palabras más anualmente; para este año 2009, se podrían incluir más de cien mil vocablos, eso sin contar los tecnicismos propios de cada especialidad que no contienen más que los diccionarios especializados, tampoco aparecen todos los vocablos propios del caló de cada región hispano parlante, así como muchos internacionalismos que utilizamos diariamente.


En la internet tampoco encontré ninguna referencia acerca de este dato que buscaba con tanto ahínco (consulté cerca de cincuenta artículos dedicados a la lengua española). También hice varias llamadas con amigos y conocidos dedicados a la enseñanza de la lengua castellana, pero ninguno de ellos supo proveerme este dato.

Así pues, se confirmó lo que yo ya intuía: “este dato no existe” y no existe por que es un dato ocioso, es imposible saber con exactitud la cantidad de palabras y/o vocablos que existen y esto se debe a muchas razones: la primera de ellas es que el español o castellano como también es aceptado llamarle a nuestro idioma, no es una lengua pura, de hecho ninguna lengua hablada actualmente es cien por ciento pura, ni siquiera los dialectos hablados en los lugares más recónditos del planeta permanecen sin influencia de alguna otra lengua.

El Español “clásico” por llamarle de alguna forma al grupo de vocablos que somos capaces de entender todos los hispano parlantes se fue originando por la combinación de dialectos surgidos en la península ibérica hace miles de años, esto al combinarse con el griego, latín y miles de vocablos de origen árabe, dieron origen al español antiguo, a través de los cientos de años de colonización española en diversas partes del planeta se fueron sumando miles de palabras, enriqueciendo así el idioma; además si consideramos que la lengua no es estática y que cada año se suman tecnicismos, modismos e internacionalismos, podemos concluir que el intentar conocer la cantidad de palabras que conforman nuestro idioma no es tan sólo una tarea imposible sino ociosa.

Así pues, he de aventurarme a decir una cifra mínima aproximada: en base a los datos obtenidos, podemos calcular que existen más de cien mil; ¿Cuántas más de cien mil? … Imposible saberlo; lo que es cierto es que absolutamente nadie conoce todos los vocablos existentes, es más, dentro de la investigación encontré datos aproximados de la cantidad de vocablos que utiliza una persona y que variaban desde seiscientas palabras para personas de poca cultura hasta más de ocho mil para aquellos que poseen una gran cultura; si consideramos que existen cien mil vocablos, nos damos cuenta, que hasta la persona más ilustrada del planeta llegará a conocer menos del diez por ciento de los vocablos durante toda su vida.

Con el objeto de enriquecer nuestro vocabulario; en este blog iré presentando regularmente palabras poco comunes, dejo ante ustedes la primera serie de vocablos que, al menos yo hasta el día de hoy desconocía no sólo su existencia sino su significado. He de recalcar que sólo incluyo palabras que encontré en el diccionario de la real academia de la lengua.

bonhomía. (Del fr. bonhomie).

Afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento.

Ejemplo:

Y aquella mujer, cuya notable bonhomía la convertía en digna de admiración.

grogui. (Del ingl. groggy, y este der. de grog, grog).

1. adj. En el boxeo, aturdido, tambaleante.

2. adj. Atontado por el cansancio o por otras causas físicas o emocionales.

3. adj. Casi dormido.

Ejemplo:

Después de tantas noches en vela, me encontraba grogui.

entelequia. (Del lat. entelechĭa, y este del gr. ἐντελέχεια, realidad plena alcanzada por algo).


1. f. En la filosofía de Aristóteles, fin u objetivo de una actividad que la completa y la perfecciona.

2. f. irón. Cosa irreal.

Ejemplo

Al ver salir el dragón de la cueva, quedé aturdido ante tal entelequia.

conticinio. (Del lat. conticinĭum).

m. p. us. Hora de la noche, en que todo está en silencio.

Ejemplo

Para poder inspirarme y escribir espero al conticinio

alóctono, na. (De alo- y el gr. χθών, χθονός, tierra, formado a imit. de autóctono).

adj. Que no es originario del lugar en que se encuentra.

Ejemplo:

Entró entonces a la taberna un hombre de apariencia alóctona.

domingo, 2 de agosto de 2009

Los Exploradores. Capítulo I

En esta ocasión presento a ustedes una novela que, en un experimeto personal iré escribiendo poco a poco; Ya sé de qué va a tratar, pero todavía no está escrita. Debido a que he de tomarme algo de tiempo para escribirla completa, iré subiendo un capítulo cada diez días. Espero que sea de su agrado.

CAPÍTULO I.- En busca del díux.
El cuth Firo Tarriz se encontraba sumido en sus pensamientos, habían pasado ya varios años desde que habían partido a la misión encomendada por el emperador, sin haber logrado encontrar ningún indicio de vida en aquella galaxia lejana. Ignoraba por qué había insistido de tal forma el emperador en embarcarlo en tan peligrosa expedición, en la cual, ya habían perdido más de la mitad de la tripulación y ahora se encontraban cercanos a quedarse sin combustible; la nave podría viajar libremente durante mucho tiempo más, pero sin combustible, serían incapaces de acelerar más allá de la velocidad de la luz, de frenar o descender en ningún planeta, por lo cual la gal Evana Yamka había decidido apagar los motores limitando así su velocidad, no sin antes cambiar el rumbo hacia aquella nebulosa que parecía cargada con los materiales adecuados para repostar. Habían hecho exploraciones en varias nebulosas en busca del valioso díux, sin resultados positivos, y las oportunidades de encontrar el preciado elemento, parecían terminarse, si no lo encontraban en esta nebulosa, en pocas semanas quedarían completamente a la deriva.

Tarriz escuchó en el intercomunicador la voz de la gal solicitando su presencia en la sala de control; cerró el diario sin haber trazado más de dos líneas y se puso el uniforme para después dirigirse rápidamente al cuarto de control; al salir de su celda se dirigió hacia el ascensor, programándolo para llegar hasta el nivel A1 donde lo esperaban.

- Saib gal Yamka – Saludó cortésmente Tarriz al penetrar en la sala tapizada con pantallas y ordenadores; - saib cuth Tarriz – respondió Yamka; la mujer de hermoso rostro parecía tranquila, en comparación de los días anteriores en que su nerviosismo la había vuelto sumamente irritable – Le tengo nuevas noticias cuth Tarriz , el espectrómetro muestra señales de díux en la nebulosa - , Tarriz sonrió, esa era una excelente noticia, sin embargo, no se relajó completamente, pues sabía que, aunque encontraran el preciado elemento en esa nebulosa no era cien por ciento seguro que pudieran acceder a él. - ¿Se encuentra en estado libre? – preguntó; - No estamos seguros todavía cuth; si bien la señal espectral es fuerte, tendremos que acercarnos mucho más para poder determinar eso; de cualquier forma, será mejor que vaya preparando todo para hacer una expedición, debemos prepararnos para enfrentar el peor de los panoramas -.

Sin hacer más preguntas, Tarriz asintió y se dispuso de inmediato a preparar la expedición a la nebulosa. En caso de encontrar el díux en forma libre no sería necesario salir de la nave, podrían repostar con el sistema automático, sin embargo debían prepararse suponiendo que el dicho elemento se encontrara enlazado a otros, en cuyo caso habría que hacer la extracción manualmente, lo cual era un proceso lento y peligroso, pues los astronautas quedarían expuestos a las inclemencias de las temperamentales nebulosas. La mitad de los hombres y mujeres que habían perdido durante la expedición fue precisamente intentando repostar, ahora quedaba menos de la mitad de aquél grupo de cuarenta y ocho tripulantes que abordaran el Téloc, como llamaban a la nave nodriza hacía casi cuatro años.

La nave podía ser conducida por tan sólo dos personas; sin embargo, las tareas dentro de la misma requerían de mucho más personal; había que encargarse desde la producción y preparación de alimentos, tareas de limpieza y mantenimiento de la nave, análisis de información y muchas otras tareas que no podían realizar los robots, y para el tamaño de la nave, se requerían de al menos doce personas bien capacitadas; ahora tan sólo quedaban veintiuno de la tripulación original, por lo que no podían darse el lujo de perder más elementos sin poner en riesgo sus propias vidas.

Tarriz se dirigió hacia el nivel A2, donde se encontraban las salas de planeación de expediciones, el comedor y la cocina. Entró en la primera y tomó asiento frente a su ordenador; por medio del intercomunicador mandó llamar a los nul Quetiz y Lamtar, quienes en menos de tres minutos, ya se encontraban frente a él. Tarriz les explicó en qué consistiría la misión; en caso de no encontrar el díux en forma libre, tendrían que abordar un vehículo de exploración para acercarse a la zona de mayor concentración del elemento, posteriormente dos de ellos saldrían con aspiradores de separación, cuya función es separar el díux del elemento en el que se encuentre alojado; si se encuentra dentro del hidrógeno o helio, el proceso es más rápido, pero en un cincuenta por ciento de las ocasiones, éste se encuentra mezclado con otros elementos que dificultan el proceso de separación y a veces es imposible; esto aumenta el riesgo de los exploradores de quedar expuestos ante lluvias radioactivas, partículas de mayor tamaño que pudieran golpearlos o la más peligrosa, la exposición al royin, esa minúscula partícula derivada del nitrógeno que por su tamaño y características era imposible protegerse de ella. Los golpes de royin habían sido causantes de la muerte de seis exploradores en dos misiones anteriores.

Normalmente en una expedición de este tipo, enviarían nueve exploradores, pero en esta ocasión, deberían limitarse a entrar dentro de la nebulosa con tan sólo tres exploradores, dos de ellos harían la función de aspirado y el otro sería el controlador, que quedaría a bordo de la nave de exploración para recolectar el díux extraído y monitorear el entorno.

Les tomó un par de días preparar todo el equipo necesario para la expedición, se concentraron especialmente en revisar los analizadores espectrales para poder detectar los golpes de royin con tiempo suficiente, nul Quetiz, que era un brillante ingeniero, armó un dispositivo expulsor para salir disparado de las zonas de peligro, el problema era que, el activar este dispositivo lanzaría al explorador fuera de la nebulosa a gran velocidad y si no era rescatado a tiempo se corría el peligro de quedar a la deriva en el espacio o de chocar contra alguna partícula espacial grande, una roca del tamaño de una uva podría bastar para causar la muerte de algún desafortunado astronauta que recibiera el impacto en un órgano vital; era peligrosa sin duda esta iniciativa, pero dadas las circunstancias la gal Yamka no dudó en autorizar dicha implementación.

El viaje transcurrió tranquilamente hasta los límites de la nebulosa; se encontraban en ese momento la gal Yamka, su secretario particular el kom Othis Atrion y los tres exploradores preparados para ejecutar la misión en cuanto los analizadores mostraran los resultados. Lanzaron la sonda analizadora que salió disparada a diez veces la velocidad de la luz hacia el centro de la nebulosa, donde había una mayor concentración de materiales y desde donde sería más fácil analizar toda la estructura física y química de los mismos; tras tres horas de espera, la computadora por fin arrojó los resultados, no eran del todo desalentadores, pues encontraron una gran cantidad de díux en toda la nebulosa, sin embargo, éste no se encontraba en estado libre en ningún sector de la misma, pero sí sería posible aspirarlo con los separadores.

Sin perder tiempo descendieron hasta el nivel 2C, donde se encontraba el hangar con los vehículos de exploración; abordaron una nave tanque que ya se encontraba preparada para recolectar el preciado díux. Tras los preparativos finales, los tres exploradores despegaron dirigiéndose hacia el centro de la nebulosa, donde la sonda había detectado la mayor concentración del material. El nul Quetiz manipularía la nave y estaría pendiente de cualquier señal de peligro, Lamtar y Tarriz harían la recolección manual. Al llegar al centro de la nebulosa, vistieron los trajes especiales y comenzaron la misión fuera de la nave.


Apenas habían logrado recoger una carga cuando escucharon la voz de Quetiz: – Será mejor que vuelvan a la nave cuth Tarriz, he detectado lluvia radioactiva que se dirige hacia nosotros – Los dos astronautas obedecieron, y accionando los propulsores de sus trajes regresaron a la nave para resguardarse en tanto pasaba la tormenta. Tras una hora de espera cesó la lluvia y reanudaron la recolección. Al llegar al sesenta por ciento del nivel del tanque nuevamente tuvieron que resguardarse de otra tormenta, este era un procedimiento común durante las recolecciones manuales, aunque esta vez, la tormenta duró más de lo esperado, lo cual no era buena señal, pues en ocasiones las tormentas largas generaban golpes de royin, haciendo más peligrosa la recolección.

Al terminar la larga tormenta, reanudaron la lenta tarea, mientras Quetiz monitoreaba el entorno; carga a carga se fue llenando el tanque hasta llegar al noventa y nueve por ciento; la tarea iba a ser un completo éxito; se dirigieron por la última carga cuando escucharon la voz de Quetiz – Será mejor que salgan de ahí cuth Tarriz, el monitor ha detectado un golpe de royin que se dirige directamente hacia ustedes - , Tarriz dio la orden de volver de inmediato, tenían sólo dos minutos para volver a la nave antes de ser golpeados – Tarriz se encontraba a punto de entrar en la nave cuando escuchó la voz alarmada de Lamtar - ¡Mis propulsores no responden! – Tarriz aplicó la máxima potencia a sus propulsores para salir en auxilio de su compañera - ¡Vuelva cuth Tarriz! – gritó Quetiz – ¡No llegarán a tiempo! -, - ¡No la voy a dejar sola! – replicó y haciendo caso omiso a la sugerencia de Quetiz se dirigió al rescate de la joven astronauta.

- ¡Un minuto para el golpe! – advirtió Quetiz, -¡No puedo esperarlos más, tengo que salir de aquí! – los dos astronautas se dirigían a gran velocidad hacia la nave, - ¡Espera, Quetiz, espera! Estamos a cinco segundos, tenemos tiempo – ordenó Tarriz; su compañero, haciendo caso omiso a la orden de su cuth salió disparado rumbo a la nave nodriza. Tarriz sabía que si no funcionaba el expulsor de su compañera, no podría salir expulsada, por lo que rápidamente se enganchó a ella, se abrazaron fuertemente y oprimió el botón de expulsión.

Los dos astronautas salieron disparados a gran velocidad; Tarriz hizo un gran esfuerzo por orientar su expulsión rumbo a la nave nodriza, pero en el espacio, unos pocos grados de diferencia en el ángulo de expulsión provocan que las trayectorias de dos cuerpos se alejen a gran velocidad, por lo que los astronautas en pocos segundos se encontraban viajando en la inmensidad del espacio y alejándose cada vez más de la nave nodriza.

En el Téloc, los cuatro vehículos de rescate que se encontraban listos para actuar en caso de contingencia salieron disparados para intentar interceptar a los dos astronautas antes de que se alejaran demasiado y fuera imposible localizarles. – nul Quetiz, informe trayectoria de expulsión – dijo uno de los pilotos; Quetiz se quedó helado al mirar el monitor de su nave… Había olvidado activar los rastreadores de posición espacial. - ¡nul Quetiz informe! – insistió la gal Yamka desde la nave nodriza, Quetiz dudaba si informar su error, por un segundo pensó en inventar una trayectoria aproximada, pero al fina tras unos segundos de angustiante espera dijo - No tengo datos de trayectoria, los rastreadores debieron haberse dañado con la expulsión - . La gal Yamka sabía que eso era poco probable, los rastreadores eran sumamente resistentes y confiables, pero decidió que no era momento para cuestionar a Quetiz; debían actuar rápidamente si querían rescatar a los astronautas antes de que salieran de la zona de localización.

Yamka que había estado monitoreando en todo momento la misión calculó rápidamente la posible trayectoria y dio una orden - kom Atrion, busque señales de ondas de comunicación en el sector epsilon – Atrion obedeció rápidamente y tras pocos angustiosos segundos de espera dijo: – encuentro una débil señal en treinta y tres, doce, setenta y ocho gal Yamka, se aleja rápidamente – la gal de inmediato informó la posición a los vehículos de rescate.

Los astronautas que habían salido disparados, se encontraban inconscientes, era uno de los efectos que provocaba el salir disparado a una velocidad poco menor que la de la luz en un traje espacial que, si bien era capaz de resistir la velocidad, no estaba diseñado para eso; Tarriz fue el primero en recobrar el sentido, habían pasado casi quince minutos desde que salieran expulsados del centro de la nebulosa, ahora se encontraban cerca de abandonar los límites de la misma; Tarriz encendió sus propulsores para disminuir su velocidad, a pesar del riesgo que esto conllevaba, pues esta operación consumiría una gran cantidad del oxígeno de reserva, un par de minutos después, se encontraban flotando en los límites de la nebulosa, a él sólo le quedaba oxígeno para otros quince minutos más y su compañera no mostraba signos de recuperación; fue al desengancharse de ella cuando se dio cuenta de que se encontraba herida; alguna partícula debía de haberla golpeado en la pierna atravesando la misma; Los trajes que portaban tenían un sistema que se sellaba de forma automática al presentar resgaduras, por lo cual no quedaba expuesta la herida, sin embargo, por debajo del mismo, era posible que estuviera sangrando profusamente y en esas condiciones era imposible saber si alguna arteria había sido dañada, de ser así, no pasaría mucho tiempo antes de que se desangrara y entrara en estado de choque.

Las naves de rescate volaban a gran velocidad dentro de la nebulosa en búsqueda de los astronautas sin éxito alguno, mientras la nave nodriza enviaba sondas robóticas para que orbitaran alrededor de la misma, en busca de alguna señal, sin embargo, a pesar de las grandes velocidades que alcanzaban las sondas, tardarían al menos un par de horas en posicionarse alrededor de la nebulosa.

Lamtar despertó casi quince minutos después, estaba sumamente mareada y adolorida por el impacto del proyectil sobre su pierna, sin embargo, no parecía estarse desangrando, tras unos breves segundos logró reponerse y notó que Tarriz respiraba con dificultad, observó el medidor de oxígeno del astronauta y notó que a éste le quedaban apenas un par de minutos de oxígeno; respiró hondo y conteniendo la respiración desconectó una manguera de su traje conectándola al traje del cuth para proveerlo de oxígeno; con esta operación ahora ambos tendrían treinta minutos más de vida. Ahora sólo les quedaba esperar a que los grupos de rescate los encontraran; mandaban constantemente señales de auxilio, pero no lograban establecer comunicación con la nave nodriza.

En el Téloc, Quetiz coordinaba los grupos de rescate indicándoles las posibles trayectorias de disparo, se sentía sumamente angustiado, sabía que todo era su culpa, primero por no haber configurado los rastreadores y segundo por no haber esperado a los astronautas, que, habrían alcanzado a llegar sin problemas hasta la nave antes de que los alcanzara el golpe de royin, pero había entrado en pánico dejándolos atrás. Los errores eran poco tolerados en la nave y él no era la primera vez que cometía un error, sabía que le iba a costar el ser degradado, pero si morían los dos astronautas a consecuencia de sus errores también sería arrestado y puesto en detención hasta el término de la misión para que los tribunales decidieran el castigo final.

Quetiz tuvo la suerte de ser él quién interceptó una de las señales de alarma enviadas por Lamtar, que habían sido captadas por una de las sondas robóticas y retransmitidas hacia el Téloc; sin perder tiempo dio aviso a las naves de rescate sobre la posición en que se encontraba la astronauta, esperaba que Tarriz se encontrara con ella y así pudieran rescatar a ambos. La nave más cercana se encontraba a quince minutos de la posición indicada.

Lamtar y Tarriz casi no hablaban entre ellos para ahorrar oxígeno, fue ella quién viendo que tan sólo les quedaban cinco minutos de oxígeno decidió que no quería morir en silencio: - ¿Alguna vez imaginó cómo sería su muerte cuth? -, Tarriz lo pensó por unos segundos y contestó: - Sí, imaginé que moriría anciano, rodeado por mis hijos y mis nietos en una hermosa casa en la montaña y que lo último que escucharía sería el canto del marot, pero… creo que mi muerte será muy distinta, sin embargo, no es una mala forma de morir, he estado observando la nebulosa… es hermosa de verdad -, - así es, yo también la he estado observando y estaba pensando justamente en eso, en lo hermosa que es, las maravillas que hemos visto a lo largo de este viaje y lo poco que me detuve para apreciarlas… – cometó Lamtar . – espero que la siguiente vida tenga tantas bellezas como ésta, cuth Tarriz, y si es así, me detendré más tiempo a observar las bellezas de la naturaleza, seré más paciente y más amorosa con mis semejantes; no es que ahora me arrepienta por la vida que he tenido, pero sé que pude haber sido mejor y pude haber dado motivos de felicidad a quienes me rodean en vez de tan sólo pensar en mi y en lo que me hacía feliz…¿cree usted que la siguiente vida será mejor? – Tarriz no contestó; él no creía en otra vida, ni en un creador, para él todo lo que había y existía estaba a punto de terminar en unos cuantos minutos; Lamtar no insistió, conocía poco al cuth, pero dedujo que éste no creía en otras vidas. Tres minuos antes de terminarse el oxígeno, activaron el mecanismo de reciclaje, obtendrían un par de minutos más de vida, pero estarían respirando el monóxido de carbono resultante del proceso de reciclaje que los iría aletargando, hasta finalmente quedarse dormidos y morir.

- ¡Los veo! – exclamó Preden - ¡Los he encontrado!, pero no responden - ; sin perder un segundo, el kom Preden abrió la escotilla de rescate y un robot recogió los dos cuerpos inmóviles, una vez dentro de la nave, Preden retiró rápidamente los cascos para ver si se encontraban con vida... – ¡Están vivos! – informó a la nave nodriza; con ayuda del robot de rescate los introdujo en las cámaras revitalizadoras y partió a gran velocidad rumbo a el Téloc para que recibieran atención médica.