Tarriz despertó sobresaltado, le tomó un par de minutos cobrar conciencia sobre lo que había sucedido – Estoy vivo – pensó, sonrió al darse cuenta de que había sido rescatado y ahora se encontraba en la pequeña clínica del Téloc, miró hacia ambos lados buscando a Lamtar, pero no la divisó en ninguna de las camas, no sabía si ella había corrido con la misma fortuna o si ahora se encontraba muerta. Escuchó la puerta al abrirse; era Lamtar, aunque un poco pálida, se veía bastante bien, le sonrió al cuth y fue correspondida de la misma forma, se quedaron mirando fijamente, era una de esas miradas que dicen muchas cosas sin necesidad de pronunciar palabra alguna. Este tipo de experiencias crean vínculos muy especiales entre las personas, el haber estado tan cercanos a la muerte y haber sobrevivido era algo que los había marcado y los uniría de por vida.
Detrás de Lamtar entró el médico – Vaya cuth Tarriz, por fin ha despertado, ya comenzaba a pensar que no quería despertar – bromeó; - ¿Cuánto tiempo he estado dormido? – preguntó Tarriz – estuvo en la cápsula un par de días – contestó el médico mientras tomaba colocaba el manómetro alrededor del brazo de Tarriz – su compañera también despertó hace poco al parecer; cuando entré se encontraba muy calladita y observándolo fijamente – al pronunciar este último comentario sonrió pícaramente; Lamtar reaccionó desviando la mirada mientras su rostro se ponía rojo como un tomate; también Tarriz se sonrojó, aunque su piel morena evitó que fuera tan evidente como el arrebolado rostro de la hermosa mujer; ella siempre le había parecido muy atractiva, pero nunca se había atrevido a decirle nada, pues a pesar de ser un hombre muy bien parecido, era sumamente tímido en cuestión de mujeres.
El médico procedió a revisarlo completamente, realizando todas esas preguntas tediosas que suelen hacer los médicos cuando vamos a visitarlos; una vez terminado el chequeo revisó a Lamtar y cambió la curación de su pierna; el proyectil que la había golpeado había atravesado la pierna de lado a lado, pero era tan pequeño que no alcanzó a hacer gran daño, apenas quedaría una casi imperceptible cicatriz. – Pues bien – dijo al fin – Los encuentro estupendamente, ya pueden reincorporarse ambos a sus labores; la gal Yamka no ha querido partir hasta que no se recuperara usted del todo cuth Tarriz -.
Tras darse una ducha, Tarriz y Lamtar salieron de la clínica y se dirigieron hacia el comedor, el médico les había ordenado que comieran bien, lo cual a ninguno de los dos les pareció una mala idea, pues se encontraban hambrientos tras el largo ayuno. Comieron hasta quedar ahítos casi sin pronunciar palabra alguna; la gal Yamka, que ya había sido avisada sobre la recuperación de los astronautas les mandó llamar y ambos obedecieron dirigiéndose a la sala de control donde les esperaba toda la tripulación; al entrar recibieron un fuerte aplauso por parte de todos, abrazos, felicitaciones, los bombardearon con preguntas sobre lo que había sucedido. Una y otra vez tuvieron que relatar la historia, mientras los demás reían y aplaudían la gran hazaña; fue hasta que los dejaron de bombardear con preguntas que notaron que faltaba alguien: - no estaba Quetiz en la sala - ; Lamtar fue la primera en preguntar por él: - Está bajo arresto – le contestó el cocinero de nombre Damún – pero ahora que han despertado ustedes seguramente lo dejarán en libertad – agregó uno de los mecánicos de nombre Johbé – eso no está claro todavía – repuso el primero – todo depende de los resultados del interrogatorio -.
Los recién recuperados astronautas se quedaron perplejos, hasta ese momento ignoraban que Quetiz había cometido un par de errores que casi les había costado la vida; el más sorprendido era Tarriz, pues se sentía profundamente agradecido de que a Quetiz se le hubiese ocurrido equipar los trajes con el expulsor de emergencia, sin el cual, jamás habrían podido evitar el golpe de royin, al principio pensó que el nul habría cometido una falta grave durante el tiempo que se encontraba inconsciente, pero al escuchar mencionar al interrogatorio, dedujo que había cometido algún error durante la expedición, pero ignoraba cuál. Sin querer esperar hasta el interrogatorio, abandonó la pequeña tertulia y bajó hasta el área de detención.
Quetiz se encontraba sentado sobre la dura cama de la celda de detención mirando hacia el techo con aire taciturno; Al mirar que entraba Tarriz, sintió una inmensa alegría, su primer impulso fue ponerse de pié y abalanzarse para darle un buen abrazo a su amigo, pero se contuvo pensando en que probablemente éste se encontrara molesto con él; fue Tarriz quién extendió los brazos -¿Qué, acaso no te alegra verme malandrín? – ; Quetiz correspondió a este gesto, abrazó a su amigo rompiendo a llorar - ¡Fue mi culpa! – exclamó - ¡Todo fue mi culpa!, olvidé activar los rastreadores y debí esperarlos, hubiesen llegado a tiempo y nada de esto hubiese pasado – ; sollozaba tratando de contener su llanto, ese momento entró Lamtar a la celda y nuevamente rompió a llorar – ¡Gracias a Theosi!, ¡Tú también estás viva! – Lamtar se sorprendió ante el impulsivo abrazo de Quetiz, pero no puso resistencia, miraba de soslayo a Tarriz mientras permitía que su compañero de desahogara.
Al fin Quetiz pudo contener su llanto – disculpen – le dijo a ambos – pero no podía soportar la idea de haber provocado dos muertes por mi ineptitud y ahora que los veo vivos... No tienen idea de la tranquilidad que ahora siento – se dejó caer pesadamente sobre la cama, la expresión de su rostro reflejaba el relajamiento típico de quien después de un par de días y noches de angustia, de pronto recibe una buena noticia que le quita ese gran peso moral que cargaba sobre su conciencia. Lamtar apretujó su mano y la besó – Gracias – le dijo; Quetiz levantó la mirada posándola primero sobre Lamtar y después sobre Tarriz quién también le dio las gracias y antes de que pudiera replicar algo, el cuth le dijo – Tu único error fue el no haber encendido los rastreadores, que siendo honestos, de nada hubiera servido para que nos rescataran antes, sin embargo, tu brillante idea de haber equipado los trajes con el expulsor nos ha salvado la vida – Quetiz intentó replicar diciendo: - Pero si los hubiese esperado un poco más no hubiesen tenido que haber salido expulsados - … - Eso es… impreciso - comentó Lamtar – El procedimiento indica “un minuto”, y fue exactamente lo que hiciste, salir un minuto antes del golpe de royin, además… no hubiésemos llegado a tiempo, ya habíamos comenzado a engancharnos antes de que nos anunciaras que faltaba un minuto y como comenta el cuth Tarriz, los rastreadores no hubiesen servido de nada; nos dimos cuenta por que al salir disparados todos los sistemas dejaron de funcionar por unos segundos, lo mismo hubiese sucedido con los transmisores de rastreo, de cualquier forma se hubiese perdido la señal – Lo que había dicho Lamtar tenía mucho sentido, Quetiz sintió de pronto como si le quitaran una pesada losa de encima miró a Tarriz quien asentía en señal de acuerdo con lo que acababa de decir la bella astronauta; el agobiado nul sonrió débilmente, quería creer lo que le decían, pero aún así, sabia que la gal Yamka lo sometería a juicio y ella no solía ser tan condescendiente ni indulgente como Tarriz, que al fin de cuentas era su amigo de la infancia; - Y ahora, - comentó Tarriz – esto que te voy a decir no es una sugerencia de amigo, es una orden como tu cuth al mando, vete a tu cuarto, daré la orden para que te lleven una abundante comida, disfrútala, descansa, y olvida lo que ha pasado; yo arreglaré este mal entendido con la gal Yamka – Quetiz asintió y se dirigió hacia la puerta de la celda dispuesto a obedecer las órdenes de su amigo – Una cosa más – agregó Lamtar – dúchate por favor – los tres astronautas soltaron una gran carcajada y salieron de la celda de detención.
Detrás de Lamtar entró el médico – Vaya cuth Tarriz, por fin ha despertado, ya comenzaba a pensar que no quería despertar – bromeó; - ¿Cuánto tiempo he estado dormido? – preguntó Tarriz – estuvo en la cápsula un par de días – contestó el médico mientras tomaba colocaba el manómetro alrededor del brazo de Tarriz – su compañera también despertó hace poco al parecer; cuando entré se encontraba muy calladita y observándolo fijamente – al pronunciar este último comentario sonrió pícaramente; Lamtar reaccionó desviando la mirada mientras su rostro se ponía rojo como un tomate; también Tarriz se sonrojó, aunque su piel morena evitó que fuera tan evidente como el arrebolado rostro de la hermosa mujer; ella siempre le había parecido muy atractiva, pero nunca se había atrevido a decirle nada, pues a pesar de ser un hombre muy bien parecido, era sumamente tímido en cuestión de mujeres.
El médico procedió a revisarlo completamente, realizando todas esas preguntas tediosas que suelen hacer los médicos cuando vamos a visitarlos; una vez terminado el chequeo revisó a Lamtar y cambió la curación de su pierna; el proyectil que la había golpeado había atravesado la pierna de lado a lado, pero era tan pequeño que no alcanzó a hacer gran daño, apenas quedaría una casi imperceptible cicatriz. – Pues bien – dijo al fin – Los encuentro estupendamente, ya pueden reincorporarse ambos a sus labores; la gal Yamka no ha querido partir hasta que no se recuperara usted del todo cuth Tarriz -.
Tras darse una ducha, Tarriz y Lamtar salieron de la clínica y se dirigieron hacia el comedor, el médico les había ordenado que comieran bien, lo cual a ninguno de los dos les pareció una mala idea, pues se encontraban hambrientos tras el largo ayuno. Comieron hasta quedar ahítos casi sin pronunciar palabra alguna; la gal Yamka, que ya había sido avisada sobre la recuperación de los astronautas les mandó llamar y ambos obedecieron dirigiéndose a la sala de control donde les esperaba toda la tripulación; al entrar recibieron un fuerte aplauso por parte de todos, abrazos, felicitaciones, los bombardearon con preguntas sobre lo que había sucedido. Una y otra vez tuvieron que relatar la historia, mientras los demás reían y aplaudían la gran hazaña; fue hasta que los dejaron de bombardear con preguntas que notaron que faltaba alguien: - no estaba Quetiz en la sala - ; Lamtar fue la primera en preguntar por él: - Está bajo arresto – le contestó el cocinero de nombre Damún – pero ahora que han despertado ustedes seguramente lo dejarán en libertad – agregó uno de los mecánicos de nombre Johbé – eso no está claro todavía – repuso el primero – todo depende de los resultados del interrogatorio -.
Los recién recuperados astronautas se quedaron perplejos, hasta ese momento ignoraban que Quetiz había cometido un par de errores que casi les había costado la vida; el más sorprendido era Tarriz, pues se sentía profundamente agradecido de que a Quetiz se le hubiese ocurrido equipar los trajes con el expulsor de emergencia, sin el cual, jamás habrían podido evitar el golpe de royin, al principio pensó que el nul habría cometido una falta grave durante el tiempo que se encontraba inconsciente, pero al escuchar mencionar al interrogatorio, dedujo que había cometido algún error durante la expedición, pero ignoraba cuál. Sin querer esperar hasta el interrogatorio, abandonó la pequeña tertulia y bajó hasta el área de detención.
Quetiz se encontraba sentado sobre la dura cama de la celda de detención mirando hacia el techo con aire taciturno; Al mirar que entraba Tarriz, sintió una inmensa alegría, su primer impulso fue ponerse de pié y abalanzarse para darle un buen abrazo a su amigo, pero se contuvo pensando en que probablemente éste se encontrara molesto con él; fue Tarriz quién extendió los brazos -¿Qué, acaso no te alegra verme malandrín? – ; Quetiz correspondió a este gesto, abrazó a su amigo rompiendo a llorar - ¡Fue mi culpa! – exclamó - ¡Todo fue mi culpa!, olvidé activar los rastreadores y debí esperarlos, hubiesen llegado a tiempo y nada de esto hubiese pasado – ; sollozaba tratando de contener su llanto, ese momento entró Lamtar a la celda y nuevamente rompió a llorar – ¡Gracias a Theosi!, ¡Tú también estás viva! – Lamtar se sorprendió ante el impulsivo abrazo de Quetiz, pero no puso resistencia, miraba de soslayo a Tarriz mientras permitía que su compañero de desahogara.
Al fin Quetiz pudo contener su llanto – disculpen – le dijo a ambos – pero no podía soportar la idea de haber provocado dos muertes por mi ineptitud y ahora que los veo vivos... No tienen idea de la tranquilidad que ahora siento – se dejó caer pesadamente sobre la cama, la expresión de su rostro reflejaba el relajamiento típico de quien después de un par de días y noches de angustia, de pronto recibe una buena noticia que le quita ese gran peso moral que cargaba sobre su conciencia. Lamtar apretujó su mano y la besó – Gracias – le dijo; Quetiz levantó la mirada posándola primero sobre Lamtar y después sobre Tarriz quién también le dio las gracias y antes de que pudiera replicar algo, el cuth le dijo – Tu único error fue el no haber encendido los rastreadores, que siendo honestos, de nada hubiera servido para que nos rescataran antes, sin embargo, tu brillante idea de haber equipado los trajes con el expulsor nos ha salvado la vida – Quetiz intentó replicar diciendo: - Pero si los hubiese esperado un poco más no hubiesen tenido que haber salido expulsados - … - Eso es… impreciso - comentó Lamtar – El procedimiento indica “un minuto”, y fue exactamente lo que hiciste, salir un minuto antes del golpe de royin, además… no hubiésemos llegado a tiempo, ya habíamos comenzado a engancharnos antes de que nos anunciaras que faltaba un minuto y como comenta el cuth Tarriz, los rastreadores no hubiesen servido de nada; nos dimos cuenta por que al salir disparados todos los sistemas dejaron de funcionar por unos segundos, lo mismo hubiese sucedido con los transmisores de rastreo, de cualquier forma se hubiese perdido la señal – Lo que había dicho Lamtar tenía mucho sentido, Quetiz sintió de pronto como si le quitaran una pesada losa de encima miró a Tarriz quien asentía en señal de acuerdo con lo que acababa de decir la bella astronauta; el agobiado nul sonrió débilmente, quería creer lo que le decían, pero aún así, sabia que la gal Yamka lo sometería a juicio y ella no solía ser tan condescendiente ni indulgente como Tarriz, que al fin de cuentas era su amigo de la infancia; - Y ahora, - comentó Tarriz – esto que te voy a decir no es una sugerencia de amigo, es una orden como tu cuth al mando, vete a tu cuarto, daré la orden para que te lleven una abundante comida, disfrútala, descansa, y olvida lo que ha pasado; yo arreglaré este mal entendido con la gal Yamka – Quetiz asintió y se dirigió hacia la puerta de la celda dispuesto a obedecer las órdenes de su amigo – Una cosa más – agregó Lamtar – dúchate por favor – los tres astronautas soltaron una gran carcajada y salieron de la celda de detención.
Cuando Tarriz volvió a la sala de control, el breve festejo ya había terminado, - cuth Tarriz – dijo la gal Yamka con sorpresa – pensé que se había retirado a descansar -, - No fue así – respondió él – fui a ver al nul Quetiz – ; Yamka lo miró fijamente con el rostro endurecido – Eso está fuera de procedimiento cuth – dijo molesta – Los prisioneros deben permanecer aislados hasta el momento de la entrevista -, no era la primera vez que Yamka y Tarriz tenían alguna diferencia sobre el proceder de la tripulación en la nave, pues si bien Yamka era una excelente gal y una persona justa, en ocasiones era demasiado rígida e inflexible en cuanto al reglamento y los procedimientos, Tarriz por otra parte, argumentaba constantemente que las condiciones de ese viaje eran especiales, que se encontraban demasiado lejos de su galaxia como ara pensar en dejar las cosas en manos de una justicia que no tenía ni idea de lo que era realizar una expedición durante tantos años sin más contacto que con las personas de la nave y que por lo tanto el reglamento debería ser más flexible en ocasiones. – Estoy consciente de lo que me dice gal Yamka, sin embargo, el nul Quetiz nunca debió haber sido detenido – Tarriz le explicó brevemente todos los acontecimientos de la expedición, recalcando la maravillosa idea de Quetiz de equipar los trajes con un expulsor e indicando que si bien había olvidado encender los rastreadores, éstos no hubiesen servido de nada, y que había hecho bien en no esperarlos, pues de cualquier forma no hubiesen llegado, exponiéndose él y exponiendo el preciado cargamento de díux. Al final, Yamka le concedió la razón a Tarriz, pues si bien era exigente, como debe serlo todo gal, era sumamente inteligente y sensata; no por nada el emperador la había puesto al mando de aquella expedición.
Quizás, y antes de avanzar más con la historia, este sea un buen momento para explicarte un poco acerca de cómo funciona la cadena de mando dentro de una nave; podría decirse que es similar a la de un barco, sin embargo, dentro de una nave intergaláctica existe un cierto grado de democracia, verás:
Las compañías dueñas de las naves deciden quién será el “Gal”, que vendría siendo el equivalente del capitán de un barco, es el puesto de mayor jerarquía dentro de la nave, sin embargo, antes de emprender cualquier viaje, se somete al voto de la tripulación, es decir, la tripulación debe de estar de acuerdo en que la persona designada sea la que al final de cuenta los comande, de no obtener más del setenta por ciento de aceptación, será reemplazado por otro Gal; además si bien es la persona de mayor autoridad dentro de la nave, su palabra no es ley, está sometido a leyes y reglamentos preestablecidos por la compañía que le contrata, además de que hay decisiones dentro de la nave que son sometidas a votación. El voto del Gal vale cinco para las decisiones democráticas.
En esta nave, como ya lo habrás leído la gal era: Gal Evana Yamka
El segundo al mando es el “Cuth” , este también se somete a la votación de los tripulantes, y al igual que el Gal, requiere del 70% de aprobación, además de la aprobación del Gal; en caso de fallecer o ser depuesto por la tripulación el Gal, será el Cuth quién le reemplace de forma automática; normalmente el Cuth también es por decirlo de alguna forma el: “Jefe de expediciones” y decide que rol jugará cada integrante en la ejecución de la misma, en ocasiones participando directamente en la expedición fuera de la nave. (Como lo había hecho el Cuth Tarriz en la expedición del Díux). En Naves grandes se cuenta con dos y hasta tres Cuth; en el caso del Téloc, había partido con dos Cuth pero uno de ellos había fallecido un año atrás en una expedición a un planeta. El voto del cuth vale cuatro.
El Cuth de la nave era: Cuth Firo Tarriz
En el siguiente escalón, se encuentran los “Nul”, que son los encargados de la ingeniería, dentro de este rango entran el Mecánico en jefe, el analista en jefe (que normalmente es el asistente del Gal) El jefe de pilotos, el jefe de producción (encargado de la producción y preparación de alimentos) y el jefe de investigación de la nave. (Encargado de estudiar las muestras minerales y biológicas recogidas durante las expediciones), el valor de su voto es de dos. para el caso de esta nave los nul eran los siguientes;
Nul Josmir Quetiz .- Jefe de Mecánica y Robótica
Nul Belih Lamtar.- Jefa de Pilotos
Nul Ramino Pépein .- Jefe de Producción
Nul Lufrina Atrion .- Jefa de Analistas
Nul Diona Kristyg .- Jefa de Investigación y área médica
El siguiente escalón es el de los Kom, ellos son la mano derecha de los Nul, existe un nul por cada seis personas en el área, siendo ellos los líderes de esos pequeños grupos. El valor de su voto es de uno. Los seis Kom de la nave son:
Kom Diogi Preden .- Piloto
Kom Luiji Johbé.- Mecánico
Kom Numiz Damún.- Producción
Kom Duana Mani .- Analista
Kom Toouen Rafi .- Médico
Finalmente estaban los Kiji; Hombres y mujeres signados a las diversas áreas y cuyo voto también valía uno. Debido a que habían perdido más de la mitad de la tripulación varios Kivi habían sido ascendidos y ahora sólo quedaban nueve:
Kiji Marinta Pelezi .- mujer, mecánico
Kiji Josmir Galiun .- hombre, piloto
Kiji Limana Repez .- mujer, piloto
Kiji Suspani Baxtin .- mujer, piloto
Kiji Dirna Santez .- mujer, piloto
Kiji Maluen Ferdezi .- hombre, piloto
Kiji Topania Jimez .- mujer, producción
Kiji Gardi Numez .- hombre, analista
Kiji Artenyo Smidi .- hombre, analista
Estos eran los valientes sobrevivientes de la expedición, habrá que recalcar dos cosas: La primera es que, al ser una organización militar, todos ellos estaban entrenados para el manejo de armamento y la lucha cuerpo a cuerpo y por otra parte, es importante señalar que a esta expedición únicamente habían sido convocados oficiales de alto rango, lo cual quiere decir que hay varios escalones hacia abajo hasta llegar a lo que vendría siendo el “Muni” que es el primer peldaño de veinticinco que hay que escalar para llegar a ser Gal.
En la nave había también cerca de mil doscientos robots de distinto tipo, desde los encargados del aseo, hasta robots enormes que se utilizaban para construir estructuras espaciales. Esta es, a grosso modo la estructura jerárquica que gobernaba el Téloc, una inmensa embarcación de setecientos setenta y tres metros de largo, trescientos noventa metros de ancho y ciento veinticuatro metros de alto; era tan grande que se requería de vehículos, ascensores y bandas transportadoras para moverse dentro de la misma y en ocasiones pasaban semanas sin que se vieran las caras algunos de los tripulantes.
En los hangares, había todo tipo de vehículos: pequeños vehículos tipo “motocicleta” (pero sin ruedas, ya que volaban) para exploración planetaria, hasta una nave grande del tamaño de un barco que, en caso de tener que abandonar la nave nodriza; podría albergar hasta cien pasajeros con todo lo necesario para un viaje de seis meses.
Al día siguiente de que Tarriz y Lamtar fuesen dados de alta de la clínica y ya cargados con suficiente díux para seis meses, Evana Yamka decidió continuar el viaje, según lo tenían planeado, hacia uno de los extremos de la galaxia, donde habían descubierto tres sistemas planetarios con posibilidades de albergar vida; una vez establecido el rumbo, la tripulación no tenía mucho que hacer, todo quedaba en manos de los ordenadores, esos momentos eran bien recibidos por la tripulación, ya que podían dedicarse a la relajación; solían estudiar, ir al centro deportivo a nadar o practicar el deporte de su preferencia, visitar el centro recreativo donde había una feria virtual que haría ver a cualquier parque de atracciones que conozcas como una pequeña feria de pueblo, había una taberna, un teatro donde gozaban de espectáculos holográficos tan avanzados que parecía que los actores realmente se encontraban ahí, también había un par de salas de cine, un zoológico donde albergaban animales capturados en los planetas que ya habían explorado, un enorme jardín botánico, un museo virtual que mensualmente presentaba diferentes exhibiciones, en fin, era como una gran ciudad contenida dentro de una nave, de hecho la nave estaba diseñada para poder albergar mil personas y era auto sustentable, allí dentro se producía todo lo necesario para la alimentación: se criaban animales de granja, se cultivaban granos, frutas, cereales, legumbres, se producía todo lo necesario para confeccionar vestimenta, se procesaban materiales para fabricar todo tipo de artefactos; sin la ayuda de los robots, serían necesarias más de quinientas personas para hacer funcionar el Téloc, sin embargo, gracias a ellos y a las computadoras tan avanzadas, la nave era capaz de funcionar con tan sólo doce tripulantes humanos.
Como podrás ver, la tripulación tenía muchas cosas para entretenerse, el problema real era que en una sociedad tan pequeña viajando durante tanto tiempo resultaba tedioso ver las mismas caras día tras día sin posibilidades de conocer a alguien nuevo, y esto resultaba muchas veces frustrante, aunque desde el centro de comunicaciones podrían comunicarse con sus seres queridos, no era suficiente y después de más de cuatro años viajando, la tripulación ya se encontraba agotada mentalmente; Yamka lo había notado y sabía que era cuestión de tiempo para que alguno de ellos comenzara a enloquecer, cada vez eran más frecuentes las disputas o los momentos de depresión de alguno de los tripulantes, que si bien, eran personas con una gran estabilidad mental, también eran humanos y ningún humano podría resistir mucho tiempo más en esas condiciones. Después de discutirlo con Tarriz, habían decidido buscar un “punto de anclaje”.
Los puntos de anclaje son partes del universo que permiten la construcción de “salidas de túnel”; una salida de túnel permite viajar de forma casi instantánea entre dos puntos del universo que se conectan entre ellos mediante dos salidas de túnel “gemelas”; habían construido un total de siete de estas salidas a lo largo de su viaje, de tal forma que, el trayecto que les había costado más de cuatro años andar, mediante el uso de los túneles les tomaría únicamente de ocho a diez semanas a las siguientes naves y les sería muy útil para su regreso a casa.
Para que funcionen estas conexiones es necesario que se construyan por pares, no se pueden conectar en serie, una salida te lleva hasta su gemela, al salir de ella, se debe viajar de forma convencional hasta la siguiente salida que te transportará hacia su gemela; debido a que las características de la zona en que se construyen son muy especiales, no es posible construir dos salidas muy cercanas, deben quedar al menos con diez mil años luz de separación y con un máximo de quinientos mil años luz de separación entre gemelas.
La última la habían construido hacia casi seis meses a más de trescientos ochenta mil años luz de donde se encontraban en ese momento; pero Yamka había detectado la zona idónea para construir la gemela a tan sólo tres años luz del primer sistema planetario que planeaban visitar en aquel sector de la galaxia; en estos momentos, se encontraban viajando hacia esa zona, la tripulación iba a recibir la noticia con agrado, cada que quedaba un par de gemelas terminada todos se sentían “un poco más cerca de casa”, además Tarriz le había sugerido que ya que iban a construir la gemela, sería prudente pedir al emperador, que les enviara refuerzos; mediante los túneles en menos de tres meses ya podrían contar otra vez con una tripulación completa; a la Gal le pareció una excelente idea, por lo que mandó un mensaje al emperador quien accedió a su petición, así que para esos momentos, ya se encontraba una nave con refuerzos en camino, tendrían dos meses para terminar la gemela de la última entrada antes de que los refuerzos llegaran hasta ese punto. Yamka y Tarriz acordaron no mencionar nada a la tripulación para darles una gran sorpresa.
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