jueves, 3 de septiembre de 2009

El Señor Complejos

El “señor complejos” se siente tan pequeño, que busca a toda costa humillar a los demás. Ha pasado su vida pegado a los libros en busca de la información que justifique sus debilidades, no que las cure; cree saberlo todo, pero ignora que es un acomplejado. No piensa que la gente le tenga lástima por ser acomplejado, sino que le tienen envidia por ser mejor que ellos; de ninguna forma acepta ser grosero y amargado, más bien piensa, que por sus mordaces comentarios los demás lo consideran ingenioso y vivaz.

El “señor complejos” de ninguna forma cree que está solo por ser insoportable, más bien siente que los demás se alejan al sentirse poco dignos de su presencia. Piensa que el látigo es la mejor forma de hacer que las personas accedan a sus caprichos y que aquellos que somete, lo admiran y respetan. Dice ser feliz de que le teman, sin darse cuenta que más que temor es asco por lo que le dan la vuelta.

El “señor complejos” no sabe respetar, asegura ser el único digno de ser respetado; su tiempo es oro y el de los demás arena; su palabra es ley y necedad la de los demás, sus pertenencias tesoros y nada más es valioso. No sabe reír ni se atreve a llorar creyendo que son signos de flaqueza.

El “señor complejos” no se da cuenta de que el mayor tesoro de la vida es el amor, de que el mejor regalo es una sonrisa, que un aplauso es la mayor expresión de respeto y admiración de un grupo, que el buen comentario es un signo de fortaleza y no de debilidad, que las lágrimas limpian el alma, no ensucian el rostro, que la compasión y la caridad son los mayores signos de fortaleza de un ser humano; que un niño es un maestro sabio, no un pupilo ignorante y estorboso.

Y al llegar la noche; los complejos del señor afloran más, tiene miedo, llora internamente, extraña la seguridad de la luz del sol sin poder admirar la belleza de la luna y las estrellas… todo lo que cree se tambalea, pero no lo acepta; ha pasado tanto tiempo razonando sobre sus verdades que ya le es imposible reconocer la realidad, no duerme buscando hallar la respuesta de: ¿Por qué el mundo es tan injusto conmigo? En vez de preguntarse: ¿Por qué yo he sido tan injusto con el mundo?

Pobre del “señor complejos”; tan solo, tan amargado y tan infeliz; viviendo su vida sumido en una profunda depresión… pobre por que: No sabe que al morir ni una sola lágrima será derramada, a nadie le dará tiempo de recordar su inútil existencia; ignora que la vida no lo necesita y que nunca ha buscado trascender de ninguna forma; jamás se ha dado cuenta de que tuvo más de una oportunidad para ser valiente y enfrentar sus complejos y sus miedos; en ningún momento ha pasado por su mente el hecho de tratar de hacer feliz a alguien sino que constantemente ha tratado de arrastrar a todos hacia su pozo de infelicidad; sus bienes serán descuartizados por los buitres de lo material y en muy poco tiempo… su nombre, su esencia y su todo serán olvidados.

1 comentario:

  1. Gracias por este artículo, me ha servido para darme cuenta de que yo soy un poco ese señor complejos y da que tengo que cambiar mis actitudes. Felicidades

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